martes, 29 de junio de 2010

Aquí me sobran unos bits, ¿qué ponemos? Pon datos de usuario, por ejemplo.


Después de una semana de Feria, que me he tomado a asueto gracias a lo feriante que me ha salido Santi, vuelvo con esta entrada que recuerdo de mis tiempos de universidad.

En la carrera, en la asignatura de Redes 2 (quinto) teníamos como parte del temario un sistema muy avanzado de telefonía llamado GSM. Hay que tener en cuenta que era el año 1998 y el GSM no estaba precisamente extendido, aunque empezaba a hacer sus pinitos.

Como es normal, los temarios estaban un par de años atrasados, así que el GSM que estudiamos en la carrera es el GSM de la primera versión (año 1995-96), y bastante precario.

Recuerdo que nos explicaron todos los servicios que tenía GSM y sus ventajas frente a los anteriores sistemas: seguridad (GSM encripta todas las comunicación en base a tres algoritmos: A3, A5 y A8, evitando las famosas escuchas ilegales que se podían hacer fácilmente en los sistemas anteriores), capacidad (permitía muchas más comunicaciones en el mismo espacio radioeléctrico), calidad (la comunicación era digital y por tanto mucho más limpia. Sólo había un problema: que era mucho más fácil quedarse sin cobertura, pero si hay cobertura, se habla bien. ¿recordáis el famoso anuncios de Airtel de los huevos fritos?

En fin, que si canales lógicos, canales físicos, y otra multitud de información técnica que en aquel momento no entendí, pero que la vida después me obligó a aprender y mucho.

Pero hubo un detalle que se me quedó marcado a fuego y demuestra que a veces, errores nimios producen una consecuencia absolutamente inesperada.

En el primer GSM (1995), cuando se definió la ráfaga de señalización se hizo el reparto en función de varios datos que hacen falta para establecer la comunicación: quien es, dónde está, que cobertura tiene de otras antenas, etc. Hasta ahí bien. Pero resulta que se quiso utilizar la ráfaga estándar. Al ajustar la información de señalización a la ráfaga, pues resultó que sobraron unos bits, en concreto para 140 bytes. Hasta ahí bien.

Cuando se definió a nadie se le ocurrió en qué se podrían emplear esos bytes sobrantes y se definió como "datos de usuario", por si a alguien se le ocurría algo.

Curiosamente, después a alguien sí se le ocurrió algo. Decidió meter en esa información la posibilidad de enviar un mensaje de texto, de hasta 140 caracteres que además tenía la ventaja de que se enviaría sin necesidad de establecer la comunicación, ya que el mensaje llegaba directamente desde la señalización.

Esos bites que sobraban se pueden encriptar de diferentes formas: en ASCII de 7 bits permite hasta 160 caracteres. En ASCII de 8 bits, los 140 mencionados y en otras codificaciones pues diferentes caracteres (en chino, 80).

Tenía una ventaja que a la vez era un inconveniente: no se conocía cuando llegaba al receptor ni siquiera si llegaba, pero por el contrario, era un método de comunicación no invasiva: se comunicaba de forma más o menos inmediata sin molestar al receptor y sin ver su reacción. Te permitía escudarte detrás del desconocimiento de la reacción.

Habían nacido los SMS. Ni más ni menos.

El servicio se hizo tan popular que ha tenido que incluirse en 3G ya como servicio propio, porque el 3G no sigue el estándar GSM y no están esos bits sobrantes. Y no sólo eso: hoy en día es el punto de ingreso más importante de la operadoras: cuando casi no consumen recursos en la red.

Definitivamente, ni siquiera un comité de expertos saben lo que pasará en el futuro: a veces, un "pon eso mismo" supone abrir una ventana que permite mucho tiempo después todo un mundo de posibilidades.

1 comentario:

  1. pero que explicación mas guapa del sms, menos mal que sobraron esos bits, la de millones de ingresos que han generado :-)

    Ta faltao hablar de Riku Pihkonen que no es un piloto de rallyes ni de F1 pero que habrá ganado mas que ellos juntos, y de quien envio en el 92 el primer sms comercial :-), que por cierto no cuadra la fecha, no???

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