lunes, 30 de marzo de 2015

El rayo que no cesa

Siempre me han gustado las historias que se esconden en las curiosidades de las banderas. Cuando una bandera tiene algo singular, es porque detrás hay una historia que merece la pena. Pues esta entrada tiene ese origen y, por supuesto, algo singular.

Hace poco me topé, casi por error, con la bandera de Zulia, un estado de Venezuela, justo donde está el lago Maracaibo. Esa bandera, de color azul y negro, tiene en su parte central un Sol, atravesado por un rayo.

Sí, un rayo. Es un objeto insólito para la bandera, así que me dediqué a indagar por qué existe ese rayo en la bandera. Y lo encontré.

El lago Maracaibo es en realidad una especie de Albufera, está semicerrada (tiene paso al mar) y tiene una salinidad alta para ser un lago, pues está mezclada el agua dulce de los ríos (especialmente el río Catatumbo) con el agua del mar.

Es famoso por ser uno de los lagos más grandes de Sudamérica (13.000 Km2, casi como las provincias de Cádiz y Málaga juntas) y realmente, por su propia configuración de estar semicerrado (en su origen se cerraba en marea baja y se abría con marea alta) y con multitud de islas en esa unión, donde los indígenas habían construido viviendas sobre pilotes, lo que le recordó a Américo Vespucio (al que se le daba bien lo de los nombres) a nombrar la zona como algo parecido a Venecia...Venezuela.

Su apertura se encuentra hacia el norte geográfico del lago y da hacia otro Golfo, el Golfo de Venzuela, por lo que sus aguas y vientos están encauzados por la orografía para que prácticamente sólo puedan entrar de norte a sur.

En la zona sur del lago (la opuesta a la apertura) se encuentra llega el final de la cordillera de los Andes, la llamada Cordillera de Mérida, bastante alta, de unos 5.000 metros sobre el nivel del mar y la cordillera de Perijá, de unos 3750 metros. En esa zona, los vientos alisios que entran desde el norte por el lago, acumulan humedad, especialmente a mediodía, por la evaporación del lago y cuando chocan con la cordillera se acumulan de forma vertical en la parte superior de las montañas, formando un choque de nubes húmedas y, finalmente, una tormenta eléctrica.

Esta tormenta eléctrica genera rayos y dada la altura a la que se forman estos rayos, pueden verse desde cientos de kilómetros más al norte, desde fuera del Lago, por lo que es una tormenta que desde tan lejos, sólo se ve, pero no se oye.

Lo más curioso de esta tormenta es que es casi permanente. Se producen 270 días al año y viene a durar 10 horas por noche. La tormenta perpetua. Esas descargas eléctricas producen reacciones en el aire, generando ozono. Este fenómeno produce la mayor cantidad de ozono en todo el planeta. Sin embargo, aunque genera mucho ozono, se produce en zonas muy superficiales y muy poco llega a la capa que protege al planeta.

Se conoce como el "Relámpago del Catatumbo", por el río que cruza las montañas en la que se genera y por sus características ha servido como faro en varias batallas. Lope de Vega lo citó en 1597 narrando cómo el alcalde de Nombre de Dios derrotó al pirata Drake en estas latitudes (batalla que se produjo en 1595). Más tarde, en la guerra de la independencia venezolana, también se usó como referencia en las batallas de las tropas independentistas contra las españolas (1823).

Es patrimonio natural del estado, y está en vías de se declarado patrimonio de la humanidad, porque desde luego, no puede negarse su singularidad. Y desde 2014 es parte del libro Guinness de los Records, por ser la zona con mayor densidad de rayos al año.

Aunque Miguel Hernández no estaba pensando en Zulia cuando escribió su "Rayo que no cesa", sería porque no lo conocía, porque, desde luego, el nombre le viene como anillo al dedo. Nada menos que el 80% de las noches del año se iluminan por esta tormenta. Todo un faro natural y desde luego un fenómeno que, por su singularidad, debe ser recordado como identidad de la región.


miércoles, 25 de febrero de 2015

Una filosofía no tan antigua

Si hay algo que ha marcado una generación son los primeros minutos de la película 2001: Odisea en el espacio. Para siempre quedará esa imagen de la Tierra, en el espacio, con la música que estará relacionada para siempre con los paseos espaciales. Esa música, tan conocida hoy, fue compuesta por un alemán, Richard Strauss en 1896, y fue llamada "Así habló Zaratustra", basada en el libro del mismo nombre de Friedrich Nietzsche.

Pero, qué hay detrás de ese libro, de esa música y de esa película. ¿Quién era Zaratustra? ¿Existió? 

Pues sí, hoy, la entrada va de este señor, Zaratustra o, como es conocido en español, Zoroastro. Y, aunque parezca mentira, es un personaje digno de ser conocido. De esos que marcan una línea en esta tierra, aunque aquí, se tiene tan lejos, que casi nadie lo conoce, aunque como veréis, muchos usamos vocabulario suyo casi sin saberlo.

Zoroastro nació en Irán hace mucho, mucho tiempo, en torno a 600 - 1000 años antes que Jesucristo. Fue un profeta que enseñó una nueva religión en la zona, conocida como zoroastrismo en español y cuyos orígenes nacen en las religiones del indo y que nos deben sonar mucho a los que nos hemos criado en una doctrina casi impuesta.

Zoroastro habló de que el cosmos estaba gobernado por una dualidad entre el Bien y el Mal: Dios y el Demonio, que las personas eran libres y no habían predeterminación de los actos. Que la persona debía elegir hacer el bien. Los preceptos principales eran: la igualdad de todos, independientemente de sexo, raza o religión, respecto a la vida en general y negación de la opresión del ser humano, convivencia con la naturaleza, trabajo duro, caridad y respeto por la familia y la comunidad. También creía que la recompensa, la felicidad o el castigo, depende de cómo se comporte uno, que uno es libre de sus actos. En pocas palabras: buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos o "No le hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a tí".

En la filosofía también existe el Saosyant, o final de los días, donde se producirá la resurrección de los muertos, que se producirá cuando el mal sea erradicado, por lo que la salvación será universal.

De verdad que parece una religión muy avanzada para la época de la que estamos hablando. De hecho, parece que Jesucristo fue un revolucionario por decir algo parecido. Zoroastro se adelantó en casi mil años. Que conste que fue un profeta muy considerado, y nada de un santón loco no tenido en cuenta. Consiguió muchos adeptos y, con el tiempo, su religión se extendió bastante en la antigua Persia y llegó a ser la oficial del imperio, hasta la llegada del islam en el siglo VIII, que la hizo casi desaparecer. Sin embargo no desapareció del todo e, incluso hoy en día, la practican más de 4 millones de personas entre Irán e India (en 2005 era la 16ª religión más practicada del mundo).

De Zoroastro, sin embargo, se conoce poco más que su filosofía. Hay algunas referencias de él a través de historiadores griegos (Herodoto hablaba de tradiciones persas basadas en él). Dejó un libro de enseñanzas, que se fue transmitiendo oralmente hasta que se recopiló por escrito en las primeras dinastías persas. Ese libro, conocido como Avesta, es un compendio de diferentes textos sagrados, que recoge todas sus enseñanzas. Lo más conocido de ese libro son los cantos salmódicos o gathas, que es la parte más antigua del texto y que se le atribuye directamente a Zoroastro.

Y como toda religión tiene su Dios, que se le conoce como Ahura Mazda, que representa el bien en contraposición con el maligno, conocido como Angra Mainyu. ¿A qué a todos nos suena el nombre del dios del zoroastrismo? Pero nos sonará por algo diferente, ¿verdad? Pues sí, en 1929 un japonés, Jujiro Matsuda, buscando un nombre comercial para su empresa, llegó a este nombre y creó la Mazda Motor Corporation. Tuvo éxito y hoy, es mundialmente conocida.

Así que, aunque no lo sepamos, cosas tan dispares como la odisea en el espacio de Kubrick, nombre del Mazda 5 o la filosofía cristiana, provienen de este profeta, Zaratustra, cuya filosofía de vida debería ser conocida por todos, porque, a pesar de ser antigua, no está nada obsoleta.

martes, 10 de febrero de 2015

Los orígenes de la república

Cuando hoy en día alguien piensa en las repúblicas modernas y en su origen, le viene sin dudar, la revolución francesa y el levantamiento del 14 de julio de 1789. La toma de la Bastilla y el posterior cambio de régimen, con la ejecución de los reyes, llevó a un nuevo status, que, con vacilaciones, terminó consolidándose casi 60 años después.

Sin embargo, ¿es realmente este el origen de la república moderna? Pues lamentándolo mucho para los franceses, no. Aunque no cabe duda que fue la que marcó la línea a seguir a otras muchas naciones posteriormente. De las que perduran, la república de los Estados Unidos de América, es anterior (su proclamación de independencia se realizó el 4 de julio de 1776), pero resulta que ésta tampoco es la primera república moderna.

Para llegar a la primera república moderna hay que profundizar en la Europa renacentista, a un estado creado en 1569 con un lema: "Nuestro Estado es una república bajo la presidencia de un Rey". Estoy hablando de la República de las Dos Naciones. Esta República, que realmente fue el germen de un nuevo concepto, se creó con la unión mancomunada-federal entre Polonia y Lituania, auspiciada por el Rey Segismundo II. A su muerte, en 1572, se consolidó el sistema, con un parlamento que se llamó Sejm con gran poder, que quedó realmente a manos de la nobleza, elecciones libres (entre los nobles, tampoco abusemos) que nombraban al presidente de la república, que tenía denominación de "Rey", aunque era electo y en realidad, no gobernaba.

En esa república existía el derecho de repudio del Rey (se podía realizar una rebelión legal que lo derrocaría en el caso de que no se aprobase su gestión), la posibilidad de discrepar sobre la opinión del parlamento e incluso el embrión de creación de partidos políticos que permitieran defender opiniones diferentes a las vigentes.

Evidentemente, era tiempo del absolutismo más profundo en Europa. Estamos hablando de una "república federal" (sí, entre comillas), que se generó casi un siglo antes que el Rey Sol (Luis XIV de Francia), quizás el mayor exponente del absolutismo, así que tampoco era una república como la podemos entender hoy en día, sino que sólo una parte de la población en torno a un 10% tenía derechos políticos.

Parece poco, pero no olvidemos que cuando nacieron los EEUU, sólo en torno al 25% de la población tenía derechos políticos (ni las mujeres, ni los esclavos tenían derechos), así que teniendo en cuenta que fue bastante antes, la verdad, parece un avance muy significativo.

Este experimento de república federal no fue precisamente efímero. Perduró hasta 1795, pero a causa de las contínuas invasiones suecas, cosacas, austriacas, terminó en la anarquía, que disolvió la unión, dividiéndose el país entre los reinos de Prusia, Rusia y Austria. Pero el germen político estaba echado, había posibilidad de otros regímenes. En Francia, sólo faltaba la chispa que generara la revolución.

Y esa chispa se generó entre 1776 y 1783, entre 13 y 6 años antes de la toma de la Bastilla. La primera fue el apoyo del propio Reino de Francia a la revolución americana y su independencia. Les costó un dineral, muchísimo, y eso limitó mucho los recursos de la población francesa, que quedó a expensas de las cosechas anuales. Además, les dio a la población una idea de poderse levantar en contra al poder establecido. El apoyo de la monarquía a las colonias, en el fondo enseñó el camino a seguir al pueblo francés.

Y la gota. Faltaba un ingrediente, el hambre. Este hambre llegó a causa de un hecho causal producido en 1783. En ese año, en una pequeña isla del norte llamada Islandia un volcán entró en erupción. El volcán, llamado Laki, lanzó a la atmósfera una cantidad inmensa de cenizas y lava. Tanto, que la población de Islandia se vió reducida en un 20%, y su ganado en un 50%. La nube de polvo, que se conoció como "La bruma de Laki" se expandió por toda la zona norte de Europa y perduró durante años, generando hambrunas que afectaron a 6 millones de personas. Se completó el círculo. Ideas, ver que una revolución es posible, falta de recursos y hambre. Sólo faltaba un motivo, que como siempre fue menor para que saltara todo por los aires y cambiara la historia, originando un régimen, la república moderna, que, hoy en día, es el más extendido del mundo. 

martes, 20 de enero de 2015

En el otro confín del mundo

Siempre me ha llamado la atención la tendencia que tenemos (me incluyo) a simplificar las cosas. Hay cosas que pueden simplificarse y otras son tan complejas que simplificarlas implica inevitablemente que se pierda información relevante.

Un gran ejemplo de esto es la descripción habitual que tenemos de la Segunda Guerra Mundial. Cuando se habla de esa Guerra vienen a la mente varios conceptos clave: Hitler, el genocidio de los judíos y que se acabó con las dos bombas atómicas, por cierto, lanzadas a miles de kilómetros de distancia de donde habitó Hitler.

Si se entra en algo más de detalle, pues ya se conoce que Hitler invadió Polonia primero y después, Francia, que después atacó Rusia, que hubo batallas en África, de Rommel, el zorro del desierto y que Estados Unidos, después de Pearl Harbor entró en la guerra contra Japón y sus kamikazes y permitió salvar a los aliados.

Eso es más o menos lo que pensamos de esa Gran Guerra. Pero es una gran simplificación. De hecho, si pensamos en la ciudad más bombardeada de la guerra, probablemente pensemos en Berlín, o París, o quizás acertemos y digamos Varsovia. Pero si pensamos en la segunda ciudad más bombardeada de esa guerra, jamás de los jamases acertaríamos con ella. No acertaríamos porque la segunda ciudad más bombardeada fue nada menos que Manila, en un archipiélago en mitad del pacífico.

Sí, Manila. Mientras Hitler tomaba Europa, en el otro confín del mundo Japón, despertó a un gigante dormido y pretendió volver a los días de gloria del imperio. Invadía Manchuria, China, Malasia e intentó propagarse por el pacífico.

Es importante el contexto histórico. En aquella época, las grandes potencias europeas (Francia y Gran Bretaña principalmente, aunque también Alemania), tenían colonias alrededor del mundo y había múltiples colonias europeas en Asia. Prácticamente sólo quedaban tres reinos independientes en la zona: Japón, China y Tailandia. Así que la invasión Japonesa fue a territorio, también, de dominio europeo o de los Estados Unidos.
 
Nota curiosa es que Tailandia también fue aliada del eje entre Alemania y Japón, aunque más por evitar la invasión japonesa que por el apoyo efectivo que le dio, pero fue el único aliado que el eje consiguió en Asia.

Pero volvamos a Manila. Japón invadió Filipinas, entonces bajo el dominio de EEUU el 8 de diciembre de 1941, justo un día después del ataque a Pearl Harbor. La guerra en Filipinas fue cruenta y podemos decir que fue el centro de los enfrentamientos entre EEUU y Japón en el Pacífico. Cuatro años de duros combates que finalizó con una auténtica masacre, conocida como la Masacre de Manila, en la que murieron 100.000 personas en apenas unas semanas, entre ellos prácticamente toda la colonia española que quedaba allí. El 3 de febrero de 1945, se iniciaron los combates entre las dos potencias y Manila fue totalmente destruida. Finalizaron el 4 de marzo de 1945. En ese mes, Manila consiguió el dudoso honor que he comentado antes: ser la segunda ciudad más bombardeada de toda la contienda.

Después de tomar definitivamente Filipinas, ya conocemos la historia. McArthur, consiguió acercarse a Japón, tomando Okinawa (gracias, Clint Eastwood), hasta que, finalmente se lanzaron las bombas atómicas, en julio de 1945 que dieron fin a la peor contienda de todos los tiempos.

Por último una reflexión. Esta entrada ha sido también una simplificación en si misma, porque no puedo escribir toda la historia de la Segunda Guerra Mundial en unas carillas. Pero sirva para que a los europeos, amantes de vernos el ombligo, pensemos que existen asuntos, a los que a veces nos referimos que, también se desarrollaron en el otro confín del mundo. Y sirva de pequeño homenaje para Manila, una ciudad devastada en esa guerra y frecuentemente olvidada.

miércoles, 14 de enero de 2015

El otro de los canales artificiales

Hoy se conmemora el 201 aniversario del tratado de Kiel. Es un tratado entre Suecia y Dinamarca, principalmente sobre la soberanía de Noruega. No tiene más interés, salvo por que cuando he oído Kiel, me ha recordado al tercero de los canales, el gran olvidado.

Cuando se habla de canales artificiales en el mundo se piensan en dos principales, el de Suez y el de Panamá. Sin embargo, como digo, existe un tercero de grandes proporciones a nivel mundial y es incluso mayor en distancia que el Canal de Panamá. Se llama Canal de Kiel y une el Mar del Norte con el Mar Báltico, pasando por lo que sería la base de Dinamarca, visto en un mapa, y que tiene una distancia de nada menos que 98 km.

Su origen histórico parte de un canal basado en un río, un poco más al norte, llamado canal de Eider, porque utiliza el flujo de este río, que se construyó en 1784. Era poco profundo (sólo 3 metros) pero era muy largo y permitía el flujo de buques de la época, porque estamos hablando nada menos de 5 años antes de la revolución francesa. Sin embargo, con la expansión de Prusia y el Imperio Alemán del siglo XIX, el Kaiser, Guillermo I, consideró necesario que se iniciara un canal de dimensiones ya considerables, que permitiera el flujo de barcos desde Alemania al resto del mundo sin necesidad de bordear Dinamarca. Así que en 1887, se puso la primera piedra de este canal artificial, en la zona de Holtenau, zona muy próxima a Kiel, que fue quien finalmente dio el nombre al canal. 

Era la época de construcciones de grandes canales, de grandes obras de ingeniería, y para ello se necesitaba multitud de mano de obra. Más de 8.900 empleados trabajaron en el canal, que tardó nada menos que 18 años en terminarse. En 1895 se inauguró, ante las cámaras del recién estrenado invento del cine, siendo una de las primeras grabaciones de "corte de cinta" que aún se conservan. Esta grabación está aún almacenada en el museo de ciencias de Londres.

El canal fue dominio exclusivo alemán, hasta que en 1919, el Tratado de Versalles, en su artículo 321, lo  declara zona de tránsito internacional con dominio alemán. Este estatus se mantuvo hasta 1936, cuando Hitler, rompió esta condición. Desde 1945, después de la derrota del III Reich, volvió a ser de libre tránsito.

El canal tiene 11 metros de profundidad y 102 de ancho, lo que lo convierte en la principal vía de comercio de la zona del mar báltico. De hecho, en 2008 pasaron por él unos 40.000 buques, siendo una de las vías marítimas más usadas del mundo, en dura competencia con el canal de Panamá y el de Suez.

Un hecho curioso, que hace ver la complejidad humana en cuanto a la geografía y a la geoestratégia, es que años después, los hombres construyeron su "complementario", el puente de Oresund, que une Dinamarca con Suecia. Parece que los hombres siempre queremos llevarle la contraria a la naturaleza y construimos un canal y un puente, para hacer, exactamente lo contrario. Eso sí, las dos obras, mastodónticas, mejoran en mucho las comunicaciones. En el fondo, la fe sí que mueve montañas.

Así que sí, realmente los canales artificiales de gran tamaño no son dos, son tres, aunque este, el de Kiel, es el gran desconocido.


martes, 6 de enero de 2015

Yo conocí la tumba de los tres reyes

He elegido un día como hoy para retomar el blog, después de unos meses dedicando las noches a otros menesteres más científicos. Y claro, una entrada escrita tal día como hoy, no puede ser sino sobre los tres Reyes Magos que nos visitan año tras año el 6 de enero.

Los magos de oriente es una de esas historias bíblicas comunmente aceptadas pero que no aparecen tal cual en la biblia. No es la única. Los padres de la Virgen, Joaquín y Ana, tan populares y conocidos no aparecen en ningún sitio.

Pero nuestros magos sí que aparecen. En el Evangelio de Mateo, en el capítulo 2, se habla de que unos magos llegaron de oriente a Jerusalen cuando nació Jesús, preguntando a Herodes, dónde había nacido el Rey de los Judíos. Herodes, entró en cólera y pidió a los magos que una vez conocido, les dijera dónde, para poder él ir a saludar al nuevo rey, pero los magos, adivinando las malas intenciones, decidieron no volver a Herodes. Siguiendo la estrella, llegaron hasta Belén y allí le ofrecieron oro, incienso y mirra.

Esas son todas la referencias sobre los Reyes Magos en la Biblia. No se dicen los nombres, no se dice el origen ni se dice cómo eran. Para más inri, el hecho de no volver a Herodes hizo que éste se enfadara y mandara matar a todos los niños menores de dos años, dando lugar a otra celebración navideña muy conocida, los Santos Inocentes, pero que cronológicamente, en la Biblia, se produjo después de la llegada de los Reyes Magos.

Entonces, ¿de dónde salen los nombres que todos conocemos de memoria, las razas, los camellos, los pajes? Es algo que todos damos por sentado que viene de la Biblia, pero no es así. Los Reyes Magos aparecen en la tradición oral antigua, y sobre todo, viene muy bien detallado en un Evangelio apócrifo, el Evangelio Armenio de la Infancia. En ese evangelio sí que se describe con detalle la llegada de "tres reyes de los magos" de los paises de oriente, llamados Melkon (que imperaba sobre los persas), Gaspar (que imperaba sobre los indios) y Baltasar (sobre los árabes). Este es el origen del color moreno de Baltasar, color predominante en los árabes (ojo, que no es negro originalmente, sino moreno). 

Tras nueve meses siguiendo una estrella llegaron tres días después del nacimiento: el 9 de enero, porque según ese mismo evangelio, el nacimiento fue el 6 de enero, fecha por la cual se mantiene la celebración ese día, contradiciendo la cronología bíblica oficial. Sí indican los presentes, que eran, entre otras cosas, mirra, incienso y oro. Y un cuarto regalo, el libro del Testamento, dado por Dios a Adán y que sólo el Mesías podría abrirlo.

Me encanta ver cómo la tradición imperante es la de un libro rechazado oficialmente. Y que curiosamente no es demasiado conocido. Leer este evangelio, es leer la historia de los Reyes que siempre nos han contado.

Pero los Reyes no son nada sin regalos. Es una tradición casi exclusivamente española y algunos sitios de hispanoamérica. Pero esto no siempre fue así. Shakespeare escribió una obra llamada "Noche de Reyes" en la que se narra una noche de Reyes en Inglaterra en 1600. Pero poco a poco, la tradición y el pragmatismo de tener más días de disfrute fue imponiendo a Papa Noel, cosa que me temo pasará también en España.

Una última cosa sobe los Reyes. Yo estuve en tu tumba. Fue en 2006 en un viaje que hicimos maravilloso a Colonia junto con amigos. Sí, los Reyes Magos están enterrados en la Catedral de Colonia, a donde llegaron en 1164 por el emperador del sacro imperio romano germánico, Federico Barbarroja.

Así que sí, yo conocí la tumba de los tres reyes, a pesar de que vengan todos los años acompañados con nuevos regalos e ilusiones.