domingo, 12 de mayo de 2013

Los efectos de la historia. Puertos sin agua.

Una de las cosas que siempre me llamaron la atención es el hecho de la erosión y de los cambios que la orografía sufre a lo largo de los años. Es un proceso lento y que no se ve, y que te lleva a que a veces en montañas haya un cartel que te diga que eso era el fondo del océano y que allí vivían peces.

Eso me pasó hace muy poco en Antequera, en la edición de la reunión anual de los compañeros de clase y mi hijo, el pobre, no lo entendía.

Pero este proceso no siempre es tan lento y a veces se produce de forma alarmantemente rápida. Tanto que en la propia historia hay casos que se encuentran. Las excavaciones en cualquier ciudad del sur de España siempre dan ruinas de otros tiempos y se dice que Jericó tiene hasta 9 niveles de estratos de ciudad. Siempre me he preguntado que si este sedimento se pone en un sitio significativo, debería hacerse notar. Y así es. Y como muestra, un botón.

Un ejemplo que me gusta mucho, por lo significativo que es el caso de la ciudad de Tarso. Tarso es una ciudad actual de Turquía y que es famosa, principalmente por ser el lugar de origen de San Pablo, el que consiguió que el cristianismo se abriera al mundo romano.

Esa ciudad, en la época romana era una encrucijada de caminos que permitía el intercambio de las rutas comerciales de Siria y Armenia y era uno de los puertos principales del mundo romano. Era la capital de la provincia romana de Cilicia y un punto de negocio muy importante en aquella época.

Se han encontrado ruinas de su puerto y de sus rutas, y están bastante documentadas históricamente con diferentes textos. Hasta ahí bien, sólo que ahora mismo, Tarso se encuentra a... ¡¡15 Kilómetros de la costa!!

Sí, efectivamente, por Tarso pasaba un río, llamado Cidno que formaba una laguna con salida al mar que permitía la entrada de barcos hasta la misma ciudad. Este río fue depositando sedimentos en la laguna, hasta que ésta desapareció en los primeros años de la edad media. Ya en el siglo XIII, Tarso estaba en el interior, tal como ahora y su puerto se convirtió en un puerto fantasma.

Hoy en la ciudad de Tarso están las ruinas de su antiguo puerto y existe una plaza pública que recuerda ese lugar, con un barco en homenaje a lo que era en otra época.

Hay otros muchos lugares que le ha pasado algo parecido, pero a tan corto plazo han sido, casi todos, por la mano del hombre. La construcción de presas o de diques han hecho que la orografía cambiara, aunque es inevitable que a veces la naturaleza también sea capaz de hacerlo por si misma y dejar imágenes de ruinas de puertos romanos... 15 kilómetros tierra adentro.

Así que pensad, cada vez que caminéis por una ciudad con historia, que ésta se encuentra debajo, sedimentada en metros de restos e, incluso, con suerte, puede haber puertos donde menos te lo esperes...

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