domingo, 1 de diciembre de 2013

De secundario a leyenda

Como supongo que a todos, el colegio de primaria (lo que era la EGB en aquella época) lo llevamos siempre en el corazón. En mi caso concreto, era un colegio muy humilde y de pocos recursos. Edificio antiguo y mal conservado (tan mal conservado que se cayó el techo de una clase unos años después) y en nuestra época estaba siempre lleno de desconchones. Pero tenía encanto, era una familia y de ese colegio ha salido mucha gente buena, gente que después ha estudiado bastante y que ha llegado lejos. Algo así como el personaje de hoy y que además le daba nombre a mi colegio, Juan Sebastián Elcano.

Nuestro viaje empieza en la vorágine que supuso el principio del siglo XVI en España. Colón había llegado a América, pero no había llegado a las islas de las especias (Lejano Oriente), como él creía. Había descubierto todo un mundo nuevo, pero no era lo que él pensaba. Así que rápidamente, a alguien se le ocurrió, sabiendo que existía ya un océano detrás de esa nueva tierra, seguir navegando y llegar a las islas de las especias. Fue a un portugués, pero patrocinado por España, Fernando de Magallanes. En 1518 propuso llegar al lejano oriente por un mar no reservado a los portugueses, seguir navegando y a ver. Carlos I vió el negocio y les dotó de privilegios hasta para conseguir su objetivo. Prepararon la expedición, no sin inconvenientes, por el recelo que existía en aquella época entre españoles y portugueses, que casi dan al traste con la expedición. Pero aún así, el tenaz Fernando de Magallanes, embarca en el puerto de Sevilla con su flotilla de 5 naves y su tripulación de 234 personas. El destino, desconocido aún.

Siguieron la ruta del sur, pues era por aquel momento bastante más explorado que el norte, bajaron hasta Canarias y Cabo Verde, para de ahí, pasar a Brasil y bajar hacia la actual Argentina, donde llegaron al Río de la Plata, ya descubierto, y de ahí a más al sur, hasta la Bahía de San Julián en marzo de 1520 (ya llevamos 9 meses de travesía). Magallanes, precavido, decidió esperar ahí el paso del invierno y así fue. En esa espera ya tuvo que sofocar una rebelión a bordo. Los hombres iban con ansia de beneficios, y allí parados no conseguían más que hambre y sed. En esta estancia ya se perdieron 3 de los 5 capitanes de navío: uno asesinado, uno ejecutado y el otro abandonado a su suerte en tierra. La tropa empezaba a menguar y una de las naves, la San Antonio, volvió a España. 

El 1 de noviembre de 1520, ya con sólo tres naves, llegan a un estrecho bastante difícil de cruzar que más tarde se conocería como Estrecho de Magallanes. Es un paso que hay un poco más al norte del Cabo de Hornos, al otro extremo de la Tierra de Fuego (que en realidad es una isla). Fue complicado pasar, pero lo hicieron y se adentraron en el entonces conocido como Mar del Sur. Una calma chica les afecto durante tres meses, lo que hizo que llamaran al océano como Pacífico, como se ha quedado hasta la actualidad. Más hambruna, más penuria, escorbuto, bajas. Hasta el 6 de marzo de 1521 donde llegaron a una isla donde pudieron aprovisionarse. Habían llegado a las Molucas. Habían llegado al extremo oriente. Habían cumplido su objetivo.

Llegaron a Filipinas, donde fueron los primeros europeos en verlas y donde intentaron colonizar y cristianizar la isla, pero donde finalmente no los atendieron muy bien. En una batalla con la tribu local, fallece Fernando de Magallanes. Su sucesor, Duarte Barbosa y fue muerto con un grupo de la expedición en un banquete trampa en otra isla filipina (Cebú). El resto de la expedición, cargan las naves Victoria y Trinidad, hundiendo la tercera que les quedaba y abandonando la isla con destino a otra. En esta otra fue nombrado jefe de la expedición Gonzalo Gómez de Espinosa, que comandaría la nave Trinidad y como capitán de la nave Victoria, a Juan Sebastian Elcano. Elcano se había alistado como contramaestre con la única aspiración de participar de los beneficios y de un "ya veremos". De buenas a primeras era el capitán de una de las naves que quedaban y con una tripulación bastante corta. El destino había querido que un don nadie tuviera su oportunidad y la aprovechó.

Allí tomaron una decisión políticamente incorrecta, pero que les salvó la vida. La Victoria volvería por los mares portugueses, por zonas conocidas aunque peligrosa. La Trinidad volvería a Panamá, aunque nunca llegaría porque la abordaron los portugueses.

Para Juan Sebastián Elcano, llegar cuanto antes a España para contar lo encontrado era el objetivo principal y así lo hizo. Consiguió llegar a España el 6 de septiembre de 1522. Habían pasado 3 años y 1 mes desde su partida. Habían llegado sólo un navío y 19 supervivientes (hubo 5 supervivientes más de la Trinidad, pero llegaron en 1524 después del abordaje portugués). Pero habían sido los primeros en darle la vuelta al mundo. En un mundo que era en aquel entonces mucho más grande que ahora. Juan Sebastián Elcano había escrito su nombre en la historia, el primero que circunnavegó el mundo. 

El Rey le concedió una renta anual de 500 ducados (una suma considerable para la época) y un escudo de armas especial, tendría para siembre una esfera con una leyenda: primus circundedisti me. Era efectivamente el primero que le dio la vuelta. Nunca se sabe cuándo la historia te requerirá, pero hay que estar atento para que , en ese momento, no defraudarla. Este es un ejemplo de un secundario que se convirtió en leyenda, para siempre.


1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho. Me he sentido como un marinero de la época. Me han entrado hasta ganas de ver Master & Commander otra vez.
    Por cierto, ¿cuándo vamos a jugar al tenis?

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